lunes, 6 de enero de 2014

LAS FIESTAS


Los poetas somos devotos del azar. AUDEN W.H.
Llegan los festejos a la gran ciudad
y
cambia el carácter de la gente.
Los nenes lloran y piden los juguetes
que deslumbran en  las vidrieras
En la estación de trenes
la conversación es un saludo apurado
y los vendedores ofrecen ansiedad
a dos por cinco
Empujamos a los viejos
porque vamos
con poco tiempo
y en el medio
de la aceleración y el consumo
un poeta
lleva la cuenta
de lo que tarda aquella niña
en dar una vuelta de calesita.

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